Las personas adultas tienen una mayor capacidad para resistir ante un delito sexual, por tanto el lugar y la forma como ocurren los hechos, van a tener características diferentes respecto a aquellas que ocurran con los menores de edad.
Al tener la victima una mayor capacidad para defenderse, tanto en la victima como en el lugar de los hechos pueden quedar indicios de forcejeo y evidencias como fluidos corporales, cabellos, residuos de piel bajo las uñas, pedazos de prendas o botones, entre otros; estos elementos al analizarlos cuidadosamente pueden indicar el desarrollo de los hechos, la presencia del o los agresores y la correlación entre otros y la persona agredida.
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